Nobel de Literatura considera que, en la actualidad, «América Latina está dominada por nuevas dictaduras».
La presencia más esperada de la Feria del Libro de Buenos Aires fue, sin duda, la de Mario Vargas Llosa, el Nobel de Literatura que, recuperado de la COVID, cruzó el Atlántico para hablar en público y reunirse con los expresidentes Julio María Sanguinetti (Uruguay), y Mauricio Macri (Argentina).
Hubo sala llena para escuchar a Mario Vargas Llosa en La Rural. El Nobel dialogó con el escritor y periodista Jorge Fernández Díaz que, como había adelantado, no tenía intenciones de conversar sobre novedades editoriales.
El entrevistador orientó el encuentro hacia un ensayo del autor, ‘La llamada de la tribu’, que combina la autobiografía con la reflexión filosófico-política y donde Vargas Llosa primero relata su distanciamiento de las ideas de Jean-Paul Sartre y, luego, su acercamiento al pensamiento de Adam Smith, José Ortega y Gasset, Friedrich Hayek, Karl Popper, Raymond Aron y Jean-François Revel.
PERÚ, EL PAÍS SUMERGIDO EN EL CAOS
«Tengo muy poca confianza en la izquierda latinoamericana, y la juzgo por mi país, donde por primera vez tenemos a un presidente analfabeto. Perú se ha convertido en un país de tercera clase», sostuvo.
Para Vargas Llosa, la izquierda latinoamericana (y citó los ejemplos de Perú, Ecuador y Bolivia) es «fanática, ciega y dogmática, responde a las consignas de manera automática y no hay modo de trabajar para que un cambio sea posible».
Su colega le recordó que tiempo atrás había afirmado que América Latina iba mal. «Ahora creo que va peor. Es muy difícil ser optimista frente a una América Latina dominada por las nuevas dictaduras, a punto de hundirse del modo más violento en el pasado», respondió Vargas Llosa.
No obstante, admitió que no se puede imponer a un país «ser liberal de la noche a la mañana» y que el liberalismo es «una adaptación a las circunstancias».
Según Mario Vargas Llosa, el futuro de América Latina depende de «elegir bien y aprovechar los ejemplos positivos de los países libres». La disyuntiva, para el Nobel peruano, es muy clara: prosperidad o pobreza. «Pero estamos eligiendo mal», lamentó.
Antes de concluir el evento, el Nobel anunció que arribará al Perú para escribir una novela. «Siempre estoy escribiendo estas novelas; a veces no salen y las guardo. La novela es constitutiva del ser humano. Las novelas se escriben cuando hay verdadera libertad; entendidas así, crean una distancia crítica en los lectores», agregó.
